lunes, abril 04, 2011

PUSH, PRECIOUS, PUSH


Si viste la película Precious, y te pareció perturbadora como a mí, el libro en que se basa pondrá imágenes en tu cabeza que te harán desear arrancártela simplemente para borrarlas de tu memoria. Así de simple. Y así de simple sentí el libro en sí.

Sacando aparte de la rabia y la indignación que le produce al lector (lo cual es un punto a su favor pues esa es la intención de la autora), Push no ofrece nada brillante ni innovador.

Sí me pareció valiosa cómo Sapphire refleja la forma en que piensa y habla Precious (que me imagino debe ser muy parecida a otras adolescentes analfabetas, africo-americanas, de Harlem y llenas de rabia), y especialmente cómo ha aprendido a "perderse a sí misma" (imaginánose en la tv) en esos momentos en que se ve enfrentada a su horrible realidad.


No lo recomendaría a nadie que fuera fácilmente impresionable o que no tenga un estómago fuerte, porque eso sí hace: despertar deseos de herir a esos mal llamados padres.


En la segunda parte es que se explica por qué el libro se llama Push, y es algo que ninguna niña debería aprender. Lo que me lleva a un sentimiento de rebeldía muy personal, que no entiende por qué le pasan estas cosas a las Precious del mundo. Ningún niño debería sufrir así, ninguna lección es tan importante.


Aquí la película, que ganó dos premios Oscar a Mejor Actriz Secundaria y Mejor Guión Adaptado.

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