miércoles, septiembre 20, 2006

GOLGOTA ROSA


Del cuello de la amada pende un Cristo,
joyel en oro de un buril genial,
y parece este Cristo en su agonía
dichoso de la vida al expirar.

Tienen sus dulces ojos moribundos
Tal expresión de gozo mundanal,
Que a veces pienso si el genial artista
Diole a su Cristo alma de don Juan.

Hay en la frente inclinación equívoca,
Curiosidad astuta en el mirar,
Y la intención del labio, si es de angustia,
Al mismo tiempo es contracción sensual.

¡Oh, pequeño Jesús Crucificado,
déjame a mí morir en tu lugar,
sobre la tentación de ese Calvario
hecho en las dos colinas de un rosal!

Dame tu puesto, o teme que mi mano
Con impulso de arranque pasional,
La faz te vuelva contra el cielo y cambie
La oblicua dirección de tu mirar.

PD: gracias por el piropo.

4 comentarios:

Liga Softcodia dijo...

me gustan esas tetas...oops!

Demetrix dijo...

Vaya!!! me gustaron los versos.

Rosanna Carrasco dijo...

Me recordaste al director del colegio donde estudié... A él te gustaba mucho ese poema!
:-p

Maria dijo...

Me encanta esa poesia!