Un propósito publicitario para el 2013.

En esta semana, los blog se llenan de posts hablando de las listas de propósitos y resoluciones para el nuevo año, y éste no se puede quedar atrás. Jamás. Ahora bien, yo sólo tengo uno, tal vez no tan fácil de alcanzar pero con el trabajo en equipo se puede lograr (espero).

Amigo y amiga publicista, colega, compañero/a de amanecidas y urgencias, en fin vida de agencia, te exhorto enfáticamente a que eliminemos de nuestros conceptos los manidos, consabidos y requete vistos CLICHES.

Tú sabes cuáles son; esos códigos seguros y confiables a los que recurrimos cuando el sobre de producción tiene ese sello rojo, cuando el cliente va por su 5ta. modificación, o la ejecutiva entró la orden tarde. Conocemos el proceso: entras a gettyimages y buscas una de estas imágenes, dirección de arte decente y ya está listo el anuncio. Aceptémoslo: un cliché lo es porque una vez funcionó, pero de tanto recurrir a él, perdió la fuerza o novedad.

Si  acaso eres nuevo por aquí o recién te graduaste, permíteme iluminar tu conocimiento con los clichés más comunes e infames de nuestra jungla publicitaria:

1. La indiscutible ganadora es la foto de la TAZA (o pozuelo) para hablar de tasas de interés. Por favor, hay innumerables maneras de ejemplificar lo que le producen a la gente las tasas de interés: desasosiego, incertidumbre, volatilidad, sube-y baja, inestablidad, seguridad, y decenas de etc.

2. En un reñido 2do lugar está la sombrilla para hablar de cobertura, ya sea de telecomunicaciones o seguros. De verdad, ya, suéltenla. 

3. El reloj despertador analógico, para referirse a que "llegó el momento de hacer X cosa".  Ya nadie usa esos relojes; los consumidores jóvenes, a menos que sean hipsters, no tienen referencia alguna del mismo.

4. La fotografía Polaroid. Honestamente, ¿hay que explicarlo?

5. El cochinito/cerdito para el ahorro. Nótese que no me refiero al símbolo de la alcancía en sí sino al infeliz animalito que por años las ha representado. Ya es hora de su jubilación. Otros elementos crecen y aumentan: las plantas, los niños, las mascotas, la cuenta de banco (ejem!), la barriga (jeje), miles.

6. La hormiguita, la más laboriosa, la que más trabaja; sólo recordemos el último día del trabajo en RD. 

7. El post-it y el recordatorio. ¿No saben que hay notificaciones de Google Calendar, iCal? Y, por supuesto, su hermana la agenda para los anuncios de 1º de enero.

8. El corazón. Ese pobre órgano tan trabajador y explotado lo usan para hablar de cercanía, en tantos "más cerca de ti", "en el corazón de la ciudad", de Santiago, "sabemos lo que quieres", "pensamos en ti", y si sigo me da un ataque al corazón (sin metáfora).

9. La curita, para reparar objetos inanimados, para talleres, animales, corazones rotos (¿ven que al pobre corazón no le dan tregua? Está como el cansado cerdito).

10. El reloj de arena para referirse a que algo/alguien es lento y/o se toma su tiempo. Acepto que el reloj es una imagen más atractiva que una babosa pero hay otras alegorías posibles. 

MI intención era destacar los 10 más comunes, pero no puedo dejar fuera a la pizarra verde para temas escolares. Mas bien diría, la simbología completa del aula relacionada a temas dirigidos a adultos que deben: pagar, aprender, aplicarse, etc. Empezando porque pocas escuelas usan la pizarra verde, y siguiendo porque hay otras vías de relacionar aprendizaje sobre todo a adultos que hace años pasaron por ese tipo de aulas. Hasta la nostalgia cansa.

En fin, la moraleja es que todos los hemos usado por miles de razones, pero básicamente porque funcionan, olvidando que posiblemente comunican nuestro mensaje y lo vuelven rápidamente decodificable, pero a la vez, fácil de olvidar pues no es memorable y arriesgando nuestro anuncio a ser parte del montón. Siempre habrá coincidencias, son posibles, pero las probabilidades aumentan exponencialmente cuando echas mano de un cliché de la comunicación.

Así es que ya sabes, únete a este propósito y en el 2013 dile NO a los clichés. 

® La imagen es prestada de este blog Open Parachute. Recomiendo su lectura. 

Como nota discordante, encontré esta  base de datos de clichés, Cliche Finder, en caso de que sean obstinados. Creo que sólo funcionan en inglés, pero como lectura entretenida no está mal.